CÓMO AFRONTAR EL CAMBIO DE PARADIGMA COMERCIAL B2B. TRANSFORMACIÓN DIGITAL

Tengo la convicción de que estamos ante grandes oportunidades. Yo asocio el cambio a la palabra oportunidad. Puedes ver el nuevo contexto de dos maneras completamente diferentes: puedes ver un momento de cambio que implica dificultades, o un momento de cambio, de retos, de grandes oportunidades.

Hace muy poco tiempo, mientras pronunciaba una conferencia ante profesionales con tiendas que se dedican al sector de la decoración y la pintura, una persona me dijo: «Andoni, para mí es un momento muy difícil. A cincuenta metros tengo un Leroy Merlin, mi principal competidor». En cambio, para mí, tener cerca a una empresa o negocio que haga lo mismo que yo no es una amenaza, sino una oportunidad. Yo veo tránsito de personas que pueden entrar en mi negocio. Es una oportunidad siempre y cuando se entienda que los clientes quieren comparar, y siempre y cuando se tenga claro que es necesario ofrecer un valor diferencial que no da la competencia.

La suerte no existe. La suerte es cuando algo bueno pasa por nuestras vidas y estamos preparados para cogerlo. Estoy convencido de que en la actualidad algunos tienen suerte y otros no. Seguro que algunos aprovechan la gran oportunidad que tienen frente a ellos, mientras que otros la ignoran.

 Hace algún tiempo, los seres humanos nos desplazábamos a caballo o con carruajes. Cuando Henry Ford pone al alcance de la sociedad el automóvil, los herreros y los establos (cocheras) dejan de tener trabajo. Muchos maldicen a Henry Ford porque los deja sin trabajo, pero, sin embargo, otros herreros piden una cita con él, y le dicen: «Yo voy a hacer las ruedas» o «Yo voy a construir aparcamientos para tus coches».

Algunas personas ven en la digitalización y en el cambio una imposibilidad y un problema, mientras que otras consideran que se trata de una oportunidad.

Los que no aprovechen la gran oportunidad a la que se enfrentan no podrán culpar de ello al mercado, solo tendrán que culparse a ellos porque no han querido adaptarse a este nuevo entorno. Como se ha comentado, el problema no radica en el mercado, sino en nuestra capacidad de adaptación a él. 

Las oportunidades no se pierden; simplemente las aprovechan otros. 

Uno crea lo que cree, por lo que, antes de seguir leyendo, es necesario detenerse para reflexionar y decidir si queremos afrontar las claves que se han citado en artículos anteriores y te doy en mi libro. Ahora, como en la película Matrix, hay que decidir si nos tomamos la pastilla azul e ignoramos todo lo que hemos leído o si nos tomamos la pastilla roja y afrontamos el cambio y el nuevo contexto comercial B2B. Si no lo creemos, nunca lo vamos a crear.

Recuerdo a mi hija Andrea hace años cuando competía en el mundo de la danza. Antes de salir al escenario siempre me decía: «Papá, no sé si lo haré bien». Yo siempre le respondía: «Si crees que te va a ir mal, no lo hagas, porque te irá mal, pero ¿qué te hace pensar que te irá mal cuando siempre lo haces bien? Proyecta que te irá bien, cree que te irá bien y crearás que te vaya bien, una crea lo que cree». 

Tenemos la creencia errónea de que hay que salir de nuestra zona de confort. A muchos de nosotros nos han educado en la exigencia máxima. Yo pienso que no hay nada peor que imponernos propósitos que no cumplimos, por lo que ahora toca ser honestos: decidamos si queremos avanzar, y, si no es así, decidamos si deseamos salir de nuestra zona de confort o si preferimos permanecer en ella, pero sea lo que sea lo que decidamos, hay que llegar con todas las consecuencias. Si decidimos quedarnos en nuestra zona de confort, permanezcamos allí, pero no nos quejemos. Seguro que tenemos a algún amigo o amiga que se queja constantemente de su pareja. Si tienes una pareja y no estás bien con ella, existen tres opciones: intentar solucionar las cosas y salir de la zona de confort, dejar a la pareja y buscar otra que nos haga más feliz, y no hacer nada, pero eso implica no quejarse. Muchos tenemos la manía de quejarnos de nuestro puesto de trabajo, pero no hacemos nada por cambiarlo; nos quejamos de las cosas, pero no hacemos nada por mejorarlas. Siempre que alguien viene a mí con una queja, mi respuesta siempre es la misma: «¿Cómo crees que lo podríamos solucionar? Dame tu opinión».

Implementar las herramientas digitales y técnicas presenciales que te doy en mi libro y te voy a dar en mis artículos, depende única y exclusivamente de nosotros. En esta vida, lo único que hay entre nuestra persona y lo que deseemos conseguir en la vida somos nosotros. No hay nada más. Alguno de nosotros nos ponemos excusas. La excusa es eso que creamos porque no queremos hacer el esfuerzo que implica conseguir las cosas. Pido honestidad. Si no lo queremos hacer, no lo hagamos, tomémonos la pastilla azul y prosigamos con la vida como si no hubiéramos leído nada. Permanezcamos en nuestra zona de confort (sin quejarnos). Si, por el contrario, hemos decidido tomarnos la pastilla roja, no será fácil. Solo con perseverancia y tenacidad conseguiremos implementar los conocimientos que vayamos a adquirir. Una vez lo hayas conseguido, alguien se acercará a ti y te dirá la suerte que tienes y lo bien que te van las cosas, pero no hay que olvidar que la suerte no existe. 

Si creemos que algo es imposible, no lo crearemos. Creer es el primer paso para crear. 

Para afrontar los cambios, tenemos que entender cinco cosas completamente diferentes. La primera es que debemos tener un porqué, un propósito. La segunda es que tenemos que pasar de la idea/formación a la implementación. La tercera, que debemos ser perseverantes y constantes, ya que nada es fácil. La cuarta nos dice que hay que focalizar, que hay que poner el foco en el foco, que menos es más, y, por último, la quinta es que hay que vivirlo como una aventura. 

– Tener un porqué, un propósito: tenemos que poner el foco en el porqué y tener un propósito que alimente nuestra tenacidad. El porqué y el propósito debe ser nuestro; nunca debe ser de nuestra empresa o de nuestra organización. Debemos hacerlo porque nosotros queremos hacerlo. Y solo lo conseguiremos centrándonos en el porqué, dejando de lado el qué y, sobre todo, teniendo una mentalidad ganadora. (Circulo de Oro, Simom Sinek).

 – Paso de la idea a la implementación: el cambio no sirve de nada si se queda en una mera idea o una simple formación. Esta última, sin transformación, no tiene sentido. Como ya se ha comentado, hay que tener una mentalidad integradora. Debemos asegurarnos de que conseguimos una visión estratégica y una táctica para implementar nuevas herramientas, habilidades y técnicas.

– Perseverancia: las cosas implican o requieren mucho esfuerzo. En las películas suceden muchas cosas en tres minutos, lo que hace que muchas personas piensen que las cosas se consiguen de una manera rápida. Pero no hay nada más lejos de la realidad; hay que ser perseverantes, establecer una hoja de ruta y no salirse del rumbo, y, en el caso de salirse, regresar a él en cuanto nos sea posible. En una entrevista que le realizaron a Rafa Nadal, le preguntaron: «Rafa, tú te niegas a perder», y él respondió: «No, no es que me niegue a perder, me niego a tirar la toalla. Eso es lo que me hace feliz cuando termina todo, saber que he hecho todo lo que he podido, y que si he perdido, he perdido». Rafa respondió a esta pregunta en un momento en el cual se sucedían las lesiones.

Para Rafa Nadal el resultado no es exigible, pero si lo es el esfuerzo, a mayor esfuerzo mejor resultado. 

– Focalización: pon el foco en el foco. El reto al que nos enfrentamos es como un gran trozo de carne que no nos podemos comer de una sola vez; hay que cortarlo en trocitos y comerlo poco a poco. Hay que poner el foco en las pequeñas cosas que nos hagan llegar donde queremos. Lo que diferencia al futbolista Messi de los demás es que él se centra en la pelota; deja de lado el partido y el contexto, y se focaliza en el balón y en la situación que tiene en cada momento, y la suma de los momentos lo lleva al gol. 

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– Vivirlo como una aventura: solo poniendo hasitud a la situación, solo centrándonos en esas habilidades natas e innatas que se nos dan bien, solo poniéndole pasión y una gran actitud a este reto, conseguiremos el éxito. Si no lo vivimos como una aventura y sí como una obligación, es completamente imposible competir contra los profesionales que afrontan el reto con hasitud. 

El cambio es inevitable. El crecimiento es opcional. El que cambia no siempre gana, el que no lo hace siempre pierde.

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